Programa Radial: "Bienestar para padres, niños y adolescentes"

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Resumen del programa del 19 de mayo de 2017 donde hablamos de "Bienestar, Felicidad, Propósito de vida y Vocación"

El programa lo comenzamos con la siguiente frase: "viniste a este mundo a ser feliz, no te distraigas" Hace 23 siglos Aristóteles ya había llegado a la conclusión que hombres y mujeres buscaban más que cualquier otra cosa, ser felices. Pero, en pleno siglo 21, cuantas veces al día lo olvidamos? A pesar de que hoy en día nuestra vida es más larga que en los siglos pasados, de que tenemos más salud, gracias a los avances científicos al respecto, a pesar de que hasta los menos favorecidos económica y socialmente (hablamos de población media, no de casos extremos), accede a bienes materiales que en otras épocas era impensado, y a pesar del inmenso conocimiento al que la mayoría de la población puede acceder, cuantas personas sienten que han malgastado su vida y sus años, transcurriendo entre la ansiedad y el aburrimiento.

Debiéramos entonces pensar que el dinero, el poder, el conocimiento, la salud o la probabilidad de vivir más tiempo, por si solo no hacen la felicidad. Esto es a mi entender, porque la felicidad la encontramos dentro nuestro y no fuera, por eso ninguno de los factores mencionados, si no tienen un propósito, y no encontramos un equilibrio entre lo interno y lo externo, no nos brindan felicidad.

Ese equilibrio creo que tiene mucho que ver en como interpretamos lo que nos sucede. Cómo nos sentimos, depende directamente de cómo la mente filtra e interpreta las experiencias. Podría decirse que tiene que ver con nuestros pensamientos acerca de las circunstancias, con cuanto validamos o nos enganchamos con esos pensamientos que surgen en nuestra mente. Esto, teniendo en cuenta que somos seres espirituales teniendo una experiencia humana. Se dice que tenemos un promedio de sesenta mil pensamientos en un día normal, y que gran parte de ellos son recurrentes. Si estos pensamientos que validamos son negativos, permitimos que nuestra mente esté bloqueando el potencial que tiene.

Alguna vez leí "Pregúntese si es feliz, y dejará de serlo". La felicidad tiene mucho que ver con hacer lo que nos brinda satisfacción, en Psicología Positiva se llama Flow (fluir). Cuando encontramos aquello que nos gusta hacer, se encuentra la vocación, indefectiblemente dirigimos todas las energías en esa dirección. Las personas más felices, las se encuentran en general satisfechas en su mundo, y son más saludables, son las que han encontrado su vocación. Quienes viven así, sienten que encontraron abundancia en su vida.

El concepto de propósito o sentido de la vida, se mezcla con cuestiones religiosas o filosóficas, y cada una le da una visión distinta, de acuerdo a las creencias y valores que cada uno de nosotros tenemos. Por ejemplo en el mundo oriental, el Dharma indica que cada uno de nosotros tenemos una misión en la tierra, y para eso es que se nos han concedido talentos que nos permitan cumplir con el propósito o sentido. Saber cual es el propósito de la vida es en cierta forma descubrir nuestra vocación, que también viene de un contexto religioso, y deriva de la palabra vocatio, que significa ser llamado por Dios para alguna misión especial, en general era de carácter religioso.

Lejos está hoy el significado que le damos a la palabra. Posteriormente vocación aparece ligado a destino, como algo que se trae y la persona no puede desvincularse, como algo perteneciente a uno. Todos tenemos una misión en la vida, la vocación está en todos nosotros y solo necesitamos descubrirla. La vocación según los expertos, comienza a formarse en los primeros años de vida, y dependiendo de nuestro transito por la vida toma distintas formas, que podrán o no construirse en aquello a que nos dediquemos profesional o laboralmente.

No siempre nuestra vocación termina siendo nuestro destino laboral, lo ideal sería que pudiéramos trabajar y vivir de los que nos gusta, de lo que amamos, pero no significa que siempre sea así. También debiéramos diferenciar lo que es nuestra supervivencia económica de nuestra misión de vida, porque si uno logra identificarlos por separado, aquello que amamos no se transforma en ese objetivo de perseguir dinero, creo que si nuestra vocación se transforma en esto último, se vuelve tan tedioso como cualquier otro trabajo. Para poder disfrutar de lo que hacemos y amamos hacer, debe existir un equilibrio y entendimiento de que esto lo hacemos porque nos genera placer, y alternativamente es nuestra fuente de ingresos económicos.

Cada uno de nosotros tiene, aunque sea vaga, una idea de lo que le gustaría conseguir antes de morirse. La distancia en conseguir este objetivo se convierte en la medida de la calidad de nuestra vida, si nos acercamos a conseguirlo, sentimos felicidad, satisfacción. Ahora, en este mundo real, donde nacemos, nos escolarizamos, salimos preparados para realizar estudios terciarios, o sea la preparación para el mundo laboral, y a partir de allí en un sistema económico por medio del cual brindamos nuestra mano de obra a cambio de una paga, que además aspiramos a que nos permita mantener un nivel de vida adecuado, adaptado las circunstancias, culturales, sociales, económicas de donde nos encontramos inmersos. De esto surgen varios temas, y tomemos algunos:

Relación entre trabajo, educación y sociedad actuales. Este tema genera enormes desafíos, tanto para las generaciones anteriores, pero que aún forman parte de la población económicamente activa, así como para quienes deben educar a las nuevas generaciones, y, Por qué? Los niños y jóvenes están inventando un nuevo mundo en el que la tecnología es mucho más que una herramienta, es el soporte material de nuevas producciones culturales y subjetivas. Hoy se necesita una educación que apueste por el trabajo de las inteligencias múltiples y adaptarlas a las necesidades del mercado laboral. El pensamiento complejo requiere más de 140 caracteres. Los Jóvenes no están preparados para lograr una comunicación efectiva con un mayor número de caracteres. Esto desarrolla habilidades mentales diferentes, pero el pensamiento requiere de más cantidad, y esto nos va guiando en contra de las posibilidades de una reflexión crítica profunda que permitan manejar la gran cantidad de información a la que nos somete la sociedad actual. Los aprendizajes con mayores probabilidades de éxito, si hablamos de salida laboral, son los que tienen que ver con habilidades que no son solo instrumentales, como personalidad, interacción, trabajo en equipo, perseverancia y tolerancia al fracaso, entre otros.

Hoy en día, las habilidades antes mencionadas, son las que le están faltando, a pesar de haber alcanzado progresos que en otras épocas eran impensables. Mientras hemos incrementado colectivamente los poderes materiales, no se ha avanzado en términos de mejorar el contenido de la experiencia. La educación es quizás quien deba dotar a las personas para que se enfrenten a los desafíos de la vida, como construir identidades, vincularse con los demás, establecer relaciones profundas, reflexionar sobre nuestro lugar en el mundo. Hoy los jóvenes no tienen oportunidad de la soledad necesaria para el autoconocimiento, no se establecen contacots profundos, son más bien superficiales y mediados por la tecnología, y esta siempre está a nuestra disposición. El uso del celular lleva a nuevas formas de lazos, de vínculos, los tiempos son apresurados, y los acercamientos afectivos son furtivos, llevando a imaginar nuevas formas de relaciones, escrituras, y nuevas palabras para designarlas.

Este sistema de vida actual, impuesto pero que a la vez pasa a formar parte sigilosamente de nuestra vida cotidiana, nos invade hasta sin notarlo, y es difícil el manejo para los adultos, con más razón para los jóvenes.

Me gustó un razonamiento que decía: "Si lo moderno es lo nuevo, en la posmodernidad no quedan ya novedades. Se van anulando a sí mismas, mientras van apareciendo. La inmediatez de los sucesos, la contemporaneidad de la historia, lo vertiginoso del cambio hacen que deje de ser suceso, historia y cambio. Todo esto es un devenir en presente. Hay una permanente pérdida de sentido y búsqueda de nuevos sentidos sin posibilidades de significación permanente"